jueves, 20 de diciembre de 2012

EL ADIÓS

Tumbado boca abajo abro los ojos, el suelo es blanco y brillante, miro a los lados pero no logro ver nada a mi alrededor, ni siquiera distingo si hay suelo o paredes, y arriba no parece haber techo. Consigo ponerme en pie y eso hace que me percate de la ausencia de sombras, la luz que inunda todo no deja que existan.

Ando unos metros mientras mis ojos, deslumbrados en un principio, se adaptan a la luminosidad del lugar. Comienzo a distinguir algo diferente a mi izquierda, es de un color gris claro y está un poco lejos, pero no tengo otro sitio donde ir.

Mientras me acerco la figura va tomando forma, al principio era una mancha borrosa, ahora tiene esquinas, lados y empieza a parecer un rectángulo que se eleva desde una línea que podría ser el suelo. Tras unos minutos llego al lugar e identifico el objeto; es una puerta con una pequeña cerradura, está pegada a una pared blanca y luminosa de la que no veo los límites pero pone fin a esta parte del pequeño universo donde me he despertado hoy.



Intento hacer memoria de lo ocurrido y al meterme la mano en el bolsillo encuentro una llave. Me olvido de hacer memoria. Sin más opciones ni ideas meto la llave en la puerta y la giro lentamente, la puerta se abre de golpe hacía mi y hace que me caiga al suelo blanco, entonces noto cómo una fuerza tremenda me arrastra hacia la oscuridad del otro lado de la puerta.

Intento resistirme aunque no entiendo muy bien por qué, nada me indica que sea mejor un lado de la puerta que el otro.

De repente miro hacia el infinito blanco y veo algo que me resulta familiar, la cara de Marta moviendo los labios y mirándome se proyecta como una película de cine. Ahora ya tengo razones para no dejarme llevar al otro lado de la puerta pero no tengo donde agarrarme, mis manos hacen fuerza contra el suelo, me acabo tumbando para oponer la máxima resistencia pero no consigo mantenerme.

Cada vez estoy más cerca de dejarme llevar, me fallan las fuerzas y pierdo la fe; además sigo sin saber en cuál de los dos lados está el final de todo esto. Después de unos minutos interminables de lucha uno de mis pies cruza el umbral y hace que la fuerza que viene del otro lado me agarre con más intensidad. Me agarro a la puerta que se empieza a cerrar y luego al marco con medio cuerpo colgando del vacío.

Antes de que mi último dedo se suelte y mi cuerpo caiga en el vacío recuerdo ir en un coche. Era de noche y ella estaba a mi lado, el semáforo estaba en rojo y aprovechamos para besarnos; la luz verde hizo que arrancara y lo último que recuerdo es un fuerte golpe en el lado del conductor, en mi lado.

Cuando mi último dedo se suelta entiendo que hoy se ha acabado el mundo, al menos para mi.

DR. BARNEKOW 

Mi aportación a la iniciativa de UCADFDM en No me vengas con historias.

jueves, 13 de diciembre de 2012

LA PÉRDIDA

Primero miró en los bolsillos como siempre, pero allí no estaba. Luego en el sofá, debajo de la cama, en armarios y cajones... tampoco estaba en la cocina ni en el baño. Fue hacia el coche y buscó entre los asientos, en la guantera y en el maletero, no estaba por ningún lado.

No tuvo más remedio que llamar a su madre, que tenía una contrastada experiencia en encontrarlo todo. Ella miró en su casa, en la habitación donde antes dormía su hijo, en todos lados, pero no hubo manera.

Su último recurso había fallado, ya no sabía dónde buscar, eso le hizo perder la esperanza.

Perdió las ganas y la fe. Según avanzaba la tarde perdió el interés y ya por la noche perdió hasta la memoria. Al día siguiente había perdido tantas cosas que ni siquiera recordaba que es lo buscaba el día anterior.

Se levantó de la cama tras andar horas perdido entre las sábanas y miró al suelo con la mirada perdida, y ahí estaba, entre la mesita y la cama. Encontrarlo le hizo recuperar tantas cosas de golpe que aun 30 años más tarde no olvida todo lo que perdió por un día.



DR. BARNEKOW

miércoles, 5 de diciembre de 2012

CLAUDIA

La negociación estaba siendo dura. Esta vez el malvado Péndelton había atrapado a Sergio y Claudia no sabía (todavía) como resolver la situación.

Tres matones vigilaban la parte delantera de la explanada que terminaba en un muro infranqueable, por lo que no había más opciones que deshacerse de ellos de alguna forma y entrar a cara descubierta para liberar a su amigo. 

- Vamos Claudia, tiene que haber una manera - se decía a si misma mientras observaba la puerta de entrada. 

De repente recordó lo que su padre le dijo una vez y que tanto le había servido a lo largo de su vida (aunque en circunstancias muy diferentes): "Para resolver un problema que se te ha enquistado hay que abstraerse, salir del problema e imaginarse que uno es un mero observador, así puedes quitar presión a tu propia mente y verás como las soluciones vienen solas."

Claudia cerró los ojos y pudo sentir como veía la escena desde las alturas. Observó que podía acercarse a escondidas hasta apenas medio metro de los guardianes. En las distancias cortas no tenía rival con su  (bastón de lucha con el que su maestro de artes marciales le había instruido). Una vez llegados a este punto podría entrar sin hacer mucho ruido y utilizar el factor sorpresa para llegar al cuarto donde tenían cautivo a Sergio. Allí podría abrir la cerradura con la masa explosiva que su madre, experta en hechizos y brujería, le había dado antes de dejarla marchar entre lágrimas. El problema era que en este punto la explosión la delataría y no sabía el estado en que se encontraba Sergio para contar con su ayuda en un posible enfrentamiento con Péndelton. Pero no había muchas más opciones, una vez ahí habría que improvisar.

- Bien vamos allá - se dijo con convicción y comenzó con su plan de rescate.


- ¡Claudia! es hora de cenar, recoge los juguetes que tenemos que poner la mesa.

La niña miró a su padre con resignación y le pidió dejar los juguetes en la posición en la que estaban; ya que tenía que rescatar a Sergio como fuera.

- Está bien, pero se va a tener que esperar a después de cenar. Además seguro que lo puedes salvar facilmente, creo que el señor Péndelton no soporta las serpientes y veo que hay una justo detrás de tu muñeca en el cajón de los bichos. Te vendría bien llevártela.

- ¡Claro! - se le había escapado ese pequeño detalle, pero es que todavía era muy pequeña para saberlo todo, aunque estas aventuras le hacían aprender bastante rápido.

DR. BARNEKOW

lunes, 26 de noviembre de 2012

LO QUE NO HABÍA PASADO

Sabía que era su última oportunidad de recuperarla, pero no sabía como hacerlo. Su mano derecha cogió un lápiz y la izquierda un papel. Las palabras salían solas. Firmó con un "te quiero", cerró el sobre y puso el sello para después salir rápidamente a la calle en busca del buzón más cercano.

Ahora tocaba esperar.

En el mundo moderno es difícil soportar el tiempo que tarda en funcionar el clásico sistema del correo postal. Si en 10 minutos no tienes respuesta a ese sms, wahtsapp o llamada perdida, puedes cambiar tus planes, enfadarte, deprimirte o llorar. Y si un minuto más tarde llega la respuesta, puedes sonreír o reprochar la tardanza.

Un día después se había comido todas las uñas y descubierto padrastros en lugares inaccesibles de sus dedos. La tensión de la espera no le dejaba dormir, le hacía comer a toda prisa y hasta le provocó un ligero estreñimiento. 

Se había propuesto no dar señales de su acto de valentía por lo que, a menudo, luchaba contra sus propias ganas de coger el teléfono y preguntarle si había recibido algo. Intentaba borrarlo de su mente para que el día  indicado le cogiera por sorpresa, pero resultaba imposible a todas luces.

Esa semana duró meses para él. Se informó de la duración media de la entrega de cartas, se arrepintió mil veces de no haberla enviado certificada y hasta estuvo a punto de coger el coche y presentarse en la puerta de su casa. Todas las opciones iban contra su plan de que pareciera tener el control de la situación.

En su vida había utilizado tanto la llave del buzón como esos días. Aunque en realidad no sabía si ella le llamaría al recibirla o le contestaría sin más.

Después de tres semanas el desánimo le embargó y los días fueron haciendo mella en su paciencia. Se resignó y poco a poco olvidó lo que había hecho.



Abrimos paréntesis:
A 600 kilómetros de allí una carta pasó meses y meses en un buzón hasta que alguien la sacó de pronto. Eran los nuevos inquilinos de un piso de alquiler que llevaba tiempo vacío. Intentaron averiguar la nueva dirección de la persona que tenía que recibir esa carta pero no tenían como hacerlo, así que escribieron unas líneas y la reenviaron al remitente. 
Cerramos paréntesis.




De nuevo aquí, una noche cualquiera él se cruzó con ella y ambos se sintieron incómodos. Él no se atrevió a preguntar por qué no respondió. Ella no se atrevió a averiguar por qué nunca la buscó. Se intercambiaron frases hechas y miradas incomodas y cada uno siguió su camino.

Pero ese día no era uno más y al abrir el buzón su mente voló, era el día que esperaba. Unas líneas le daban la explicación de lo que no había pasado y el valor para coger el teléfono, marcar su número y empezar la conversación con un "no te lo vas a creer".

DR. BARNEKOW

lunes, 19 de noviembre de 2012

EL RESALTO

P - Ya le he dicho que no pude hacer nada.
J - Pero al menos debería haberle auxiliado.
P - Es que no me di cuenta. Iba tan rápido que cuando caí ya estaba demasiado lejos.
J - Y ¿por qué no volvió si se percató más tarde?
P - Pensé que alguien le habría socorrido.
J - ¿No pensó también que eso podría no haber pasado?
P - Siempre hay alguien para ayudar, estamos en un país civilizado, nadie va a dejar morir a nadie.
J - Si lo piensa bien, usted lo ha hecho, ha dejado morir a alguien.
P - Pero no ha muerto.
J - Tuvo suerte y alguien pasó por allí.
P - Luego... yo tenía razón. No pasa nada.
J - Espero que no vuelva a ocurrir o tendré que tomar medidas.
P - Pero bueno, ¿se piensa que soy un desalmado?
J - La verdad es que no le veo muy arrepentido.
P - ¿Cómo voy a arrepentirme de algo así? No ha pasado nada.
J - Sí ha pasado, pero gracias a Dios se ha podido solucionar. Algún día no se podrá solucionar.
P - Ese día no mantendremos conversación alguna.
J - ¿Cómo?
P - Sí, el día que eso pase usted no será quien hable conmigo, ni siquiera estará en su puesto. Necesitaré a alguien que me diga que no ha pasado nada... y que lo crea.
J - Es usted un sinvergüenza. Alguien debería ponerle en su sitio.
P - Alguien que lo quiso hacer estaba anoche tumbado en medio de la calle como si fuera un resalto.
J - Es mejor que se vaya, prefiero no saber más.
P - Se le han quitado las ganas de saber, ¿no?
J - Más bien se me han quitado las ganas de creer en la justicia.
P - El mundo lo hago yo, lo uno y lo separo yo. Puedo hacer que millones de personas luchen por ideales que nunca han tenido. Puedo crear ideas de la nada, puedo provocar guerras basadas en mentiras. Puedo robar, matar y pasar por encima de todo y de todos. Por que yo soy...

DR. BARNEKOW

jueves, 8 de noviembre de 2012

SUEÑOS

He soñado que estaba despierto y pasaba la noche sin dormir. He soñado que soñaba contigo pero no se si era real o solamente un sueño. Luego he mirado el reloj y eran las 4 en punto. Aunque he seguido durmiendo, creo que estaba despierto.

Una vez al año sueño algo parecido, estás siempre ahí. Y siempre terminas alejándote. Ahora me cuesta distinguir si la intención de mi cerebro somnoliento es que te deje de lado para siempre o que no te pierda en el olvido. 

Lo único que se es que cada año la nostalgia es más grande, llegará el momento en que rebose. Aunque me consuela pensar, que una vez al año un mensaje tuyo me alegra el día con un "hoy he soñado contigo".

Quizás nuestros cerebros jueguen a lo mismo más de 12 años después.


DR. BARNEKOW

miércoles, 31 de octubre de 2012

AUSENTE

"El charco de sangre crecía cada segundo, entonces María volvió en si, y se dio cuenta de lo que acababa de hacer."

Marta y María estaban dispuestas a pasar un verano más en el pueblo que vio nacer a sus padres. Pero era el primer año que las gemelas dormían en habitaciones separadas. Se terminaron las luchas por dormir con la luz apagada o encendida, o con la ventana abierta o cerrada. Aunque a María le gustaba la idea, Marta, que siempre había sido más sentimental, temía que ese fuese el principio de la separación de su hermana tras 14 años compartiendo todo. Los cambios físicos, además, empezaban a marcar pequeñas diferencias que hacían que cada una fuera definiendo su propia personalidad.

El primer "buenos días" fue de cariño, Marta apretó a María con fuerza y ésta última le sonrió sabiendo que su hermana lo necesitaba. Pasaron el día juntas en la piscina con sus amigos y amigas de otros veranos.

El segundo "buenos días" fue extrañamente frío, Marta ya no apretó tanto y a María le extrañó que su hermana, que siempre había sido la más cariñosa de las dos, se mostrara tan distante. La estuvo observando atentamente durante el día y notó su mirada perdida.

No sabía explicarlo, pero María veía como poco a poco su hermana se iba apagando con el paso de los días. A pesar de que le preguntaba constantemente sobre el por qué de su estado de ánimo, Marta se limitaba a responder un simple "nada" mientras se rascaba el cuello que tenía lleno de señales de mosquitos por su manía de dormir con la ventana abierta.

La última noche María decidió hacer algo para recuperar a su hermana perdida y le propuso dormir en la habitación de las dos camas, como antaño. Marta aceptó con desgana.



Cuando estaban ya acostadas y con la luz de la mesilla de María todavía encendida, ésta comenzó a recordarle a su hermana pequeñas batallas con las que antes no podían parar de reír. Extrañamente Marta solamente asentía y daba la espalda como intentando que muriera la conversación.

María estaba desesperada, se fue hacia su hermana la agarró con fuerza y la gritó para que esta reaccionara y por fin le explicase que es lo que le pasaba... pero Marta la apartó de un empujón y le clavó una mirada de odio que hizo que María se fuese entre lágrimas.

Mientras lloraba sin consuelo de cara a la pared, María notó que su hermana se levantaba de la cama. Giró la cabeza con cuidado y vio como Marta abría la ventana. Esto no le extrañó ya que lo llevaba haciendo muchos veranos a escondidas para que ella no se diera cuenta y le pidiera cerrarla. Lo que llamó la atención de María fue verla plantada delante de la ventana, mirando al cielo como si estuviese controlada por alguna fuerza extraña. 

Se levantó de la cama sin hacer mucho ruido y se acercó a su hermana con la intención de entender la realidad. No quiso sorprenderla ni asustarla, su idea era que Marta supiese que ella estaba allí, pero no se inmutó. Entonces María le puso la mano en el hombro.

Marta se volvió hacia su hermana, tenía los ojos negros como el carbón y la miró fijamente durante un segundo hasta que le cogió la mano con fuerza, la retorció y la tiró al suelo. María estaba en estado shock y no dejaba de mirar a su hermana que endureció el gesto y enseñó los dientes como un lobo rabioso. Se agachó y se acercó a Marta con una mirada que no parecía de este mundo.

El reloj se detuvo a la 1:53 de aquella noche de agosto. El miedo hizo que María agarrase lo primero que encontró para defenderse del ataque de su hermana que la tenía agarrada con fuerza de la cabeza y del brazo izquierdo, y se acercaba con una mirada salvaje a morderla en el cuello. Perdió el sentido pero un segundo antes había golpeado a Marta en la cabeza con la enorme linterna que guardaba debajo de su cama por si fallaba la luz.

El charco de sangre crecía cada segundo, entonces María volvió en si, y se dio cuenta de lo que acababa de hacer. Marta se encontraba tendida en el suelo sin conocimiento. Sólo pudo gritar sin articular palabra, lo que hizo que sus abuelos subiesen rapidamente y se encontrasen la escena más horrible que habían visto nunca.

El golpe en la sien de Marta fue letal, esto unido a la cantidad de sangre que perdió hizo inútil cualquier intento de reanimarla. María no habló, no contó nada, se quedó muda, con la mirada perdida preguntándose que había pasado. Pensaba que si contaba la verdad la tomarían por loca, y si la ocultaba siempre sería la niña loca que asesinó a su hermana gemela. Loca de todos modos.

María no acudió el funeral de Marta, estaba en la habitación del hospital donde la habían internado de urgencia. No supo que el ataúd de su hermana estaba vacío y que nadie se percató de ello. No supo que su hermana ya llevaba días muriendo antes de que ella le asestara el golpe final. Y por supuesto desde su abandono en el centro psiquiátrico nunca supo que la verdad podía haberla salvado de una vida de locura.

Marta no acudió a su propio funeral. Antes de que cerraran su ataúd para siempre, un ser oscuro al que sólo pudo ver la primera noche que durmió sola, la sacó y la hizo desaparecer para siempre del mundo real.
 
¿FIN?

DR. BARNEKOW (TEXTO)
CORSARIA (DIBUJOS)

miércoles, 24 de octubre de 2012

EL SUSPIRO

"...un simple suspiro bastó en ese momento. No hubo palabras, no hizo falta respuesta, ni siquiera una mirada. El suspiro dijo todo..."

Ella no sabía si acudir a la cita, todavía estaba a tiempo de esquivar el último momento de un largo adiós. Él ansiaba encontrar las palabras correctas para empezar de cero y retenerla a su lado.

Horas y horas de espera que se encaminaban hacia un suspiro.

En algún momento aquello funcionó, hubo besos, miradas, abrazos... incluso hubo peleas que se resolvieron en un colchón. Más tarde los pequeños detalles dejaron de ser graciosos, la impuntualidad de ella, el desdén de él, los nervios de ella, la tranquilidad de él. Llegó el día en que todo chocaba y aquello que les unió no encontraba un resquicio para aparecer en sus vidas.  

Aunque le costó tomar la decisión, ella acudió a la cita, los recuerdos de una llama encendida hicieron que recapacitara sobre su huída. Él, por su parte, no tenía dudas aunque tampoco sabía que palabras saldrían de su boca.

Abstraigámonos:

El Mundo, a partir de ahora "Mun", llegó el primero. Conjunto abstracto de seres vivos e inertes, siempre había buscado un equilibrio. Desde hace siglos había perdido el norte y aunque tuvo épocas de lucidez, siempre caía de nuevo en la oscuridad.

La Justicia, a partir de ahora "Jus", llegó con retraso, como de costumbre. Hacía tiempo que su implicación en esta relación se diluía. Sabía que ella era más necesaria para él que al contrario. Ella podía encontrar, con un poco de suerte, un Mundo más justo.

Desabstraigámonos:

A pesar de la espera Mun la miró con ojos brillantes, se abalanzó a besarla y ella puso la mejilla mientras se mordía los labios desde dentro. Jus no dijo nada y esperó sus palabras como quien mira el sorteo de la lotería, sabiendo que nada iba a cambiar.

"Te necesito... mucho" dijo Mun sin mirarla a los ojos. Y un simple suspiro bastó en ese momento. No hubo palabras, no hizo falta respuesta, ni siquiera una mirada. El suspiro dijo todo lo que Jus pensaba en ese momento. Le acompañó una mirada al suelo y una negación. Ella se dio media vuelta y él, comprendiendo la situación, ya no fue tras ella.


DR. BARNEKOW

martes, 16 de octubre de 2012

1981

El año empezó con fuerza, con grandes cambios. En Estados Unidos Ronald Reagan fue nombrado presidente, en España Adolfo Suárez dimitía. Pero nadie esperaba que el 23 de febrero un tal Antonio Tejero entrase al congreso de los diputados aprovechando el desconcierto político al grito de "Quieto todo el mundo". Afortunadamente quedó en nada, pero ¿y si...? Mejor que no.

Secuestros, atentados, golpes de estado, el año había empezado de una manera caótica y atropellada.

Se relajó Abril y contagió a Mayo, aunque la muerte de Bob Marley nubló la llegada del buen tiempo.

En un verano de avances hacía el mundo moderno los españoles ya podían divorciarse y la MTV emitía su primer vídeo musical (Video killed the radio star). Nada más terminar Septiembre se estrenaba Verano Azul.

Octubre fue como es ahora, el clima no ha cambiado. Aquel viernes 16 en Madrid la temperatura máxima fue de 29º C y la mínima de 10º C. Nací de madrugada así que el cielo estaría despejado y la temperatura rozando el mínimo.

Resuelto esto comienza una historia nueva envuelta en el ovillo del mundo.



Vinieron al mundo también, aunque no el mismo día, Iker Casillas, Roger Federer, Fernando Alonso, Alicia Keys, Natalie Portman, Justin Timberlake, Xabi Alonso... y muchos más que han hecho del 81 un buen año para nacer.





Gracias a los que hicieron posible que esto sucediera en el momento y el lugar adecuado.

DR. BARNEKOW

viernes, 28 de septiembre de 2012

SUAVE

Para entender suave antes hay que salvar al mundo y mirar a través de la ventana de socorro.

Suaves eran sus dedos al tocarla cada mañana, al acariciar su mejilla suave cuando la dejaba bajo las suaves sábanas de la cama común. Cada día el mismo ritual convertía la rutina en amor, ni las discusiones nocturnas paraban el ritmo suave del amanecer.

Era abril cuando el viento empujó la tormenta a su ciudad e hizo que las calles se inundaran. Era abril cuando no pudo salir de casa y tuvo la oportunidad de volver a su lado sin tenerlo planeado. Era abril cuando el viento y el agua bailaban con rabia mientras ellos lo hacían con suavidad. La mañana pasó en un suspiro y los suspiros volaban.

Se escondieron y se mostraron, se dejaron llevar.

Suaves eran los besos al recibirla cada tarde, no se besaban en la boca, pero tampoco en la mejilla. Era un beso suave en la comisura de los labios, besando la arruga dejada con la sonrisa del otro. Suavemente se agarraban la mano y él le mostraba lo que había preparado para cenar.

Era octubre y comenzaron a perderse, se perdió la suavidad. Era octubre cuando se empezaron a separar obligados por la áspera realidad.

Como cada dos días llegaba a casa a deshora, no la encontraba al llegar ni la sentía marchar. Compartían un frío colchón de noches frías, de sábanas cada vez menos suaves. Los dos se sentían incómodos al verse cada 15 días, perdieron el ritmo del amor y no conseguían encontrarlo de nuevo. Las caricias ya no eran suaves.

Era marzo cuando tras meses de frialdad él decidió recuperar la suavidad. Ella lo sabía y deseaba que llegará de nuevo abril y la tormenta les escondiera en un suspiro, la tocaba con la punta de los dedos.

La impaciencia no es suave, la impaciencia es el papel de lija de la vida. Te consume, no te deja pensar, no te deja dormir... La impaciencia envuelve el deseo en obsesión.

Recibía a cada pasajero con una sonrisa como cada noche, pero sabía que esa era la última sonrisa para ellos, su decisión estaba tomada, por fin recuperaría la suavidad. Cada kilómetro era un paso hacia la felicidad que retaba a la impaciencia.

La noche se alarga en los párpados de la impaciencia y se nota en el alma. La alerta se disipa en la duda de lo que está por venir... eso no es suave.

Todavía era marzo cuando bajó la guardia y convirtió su vida en aire. Era marzo cuando ella amaneció esperanzada y sucumbió al terrible destino que convirtió su vida en humo. Perdió la mirada en el mismo instante que colgó el teléfono, la casa de ambos se llenó de sombras que jamás se fueron.

El tiempo no lo cura todo, como tampoco curó el cáncer que provocó la frialdad y desencadenó la ausencia que la corrompía. Finalmente cerró los ojos envuelta en suavidad y con la sonrisa en los labios sintió el beso que tantas tardes había recibido.


DR. BARNEKOW

viernes, 21 de septiembre de 2012

VENTANA DE SOCORRO

La seguridad era algo muy importante en su vida, en este caso se centró en colocarse junto a la ventana de socorro de aquel autobús donde pasaría más de 8 horas de su vida. La ruta nocturna que atravesaba medio país era una buena opción para no perder un día viajando y eso era lo que le había convencido, ya que era capaz de dormirse en cualquier circunstancia. Una vez, de pequeño, se quedó dormido en mitad de un partido de fútbol en el que era el portero, fue el final de su carrera.

Al principio del viaje se encontraba inquieto, pero pensar que el conductor hacía esa ruta a menudo le tranquilizó y consiguió cerrar los ojos poco a poco hasta que se quedó dormido. A los pocos minutos se despertó cuando en el autobús se encendieron las luces para recoger al resto del pasaje en un pueblo cercano. Una chica morena, de pelo rizado y ojos marrones brillantes se dirigió hacia él y tras saludarle se sentó a su lado. Él le ofreció su sitio por ser gentil y porque en realidad su billete era de pasillo, pero la chica lo rechazó con amabilidad y le dijo que prefería pasillo, se sentía más segura.


A pesar de los nervios iniciales para intentar entablar alguna conversación insustancial ambos decidieron coger el sueño con fuerza y al poco tiempo se encontraron durmiendo. Un par de curvas hicieron que sus cabezas se tambaleasen y ella acabó sobre su hombro... ambos se dieron cuenta pero pensaron que el otro no se había percatado. Este pensamiento común les unió en cierto modo y terminó facilitando una postura de comodidad de la cabeza de ella sobre el hombro de él y la cabeza de él apoyada en la cabeza de ella.

Dos horas más tarde, cuando el conductor detuvo el vehículo para la parada pertinente, los dos se ruborizaron al mirarse, pero el paso de los minutos hizo que la situación acabase en carcajadas y bromas. Cuando volvieron a subir ya no habían conversaciones insustanciales, la unión de sus cabezas en el anterior trayecto había hecho que todo fuese más natural. Él le pidió repetir postura y ella le dio un beso de buenas noches en la mejilla, ambos tardaron en dormirse con la sonrisa en los labios...

Cuando abrió los ojos, el blanco de la habitación le deslumbró. Su madre se lanzó a abrazarle y su padre entró corriendo al escuchar las voces de alegría. Se miró los brazos entubados y entendió que algo había fallado, las lágrimas bañadas en miedo le desbordaron. No sabía que decir, no articulaba palabras. Le explicaron que el autobús donde viajaba sufrió un accidente al salirse en una curva y que había tenido la suerte de sentarse en una de las ventanas de socorro que le hizo salir despedido del autobús sin ser aplastado.

Justo cuando iba a preguntar por el resto de supervivientes, justo cuando iba a preguntar por ella, se abrió la puerta y pudo ver sus ojos brillantes que le miraban con amor, con agradecimiento. Ambos se debían la vida.

Pocos segundos antes de que el conductor diera una cabezada, debido a la sobrecarga de trabajo. Él la rodeó a ella con su brazo y ella le correspondió. Abrazados salieron disparados por la ventana de socorro y él amortiguó la caída con su cuerpo. Ella le mantuvo con vida y avisó a las ambulancias. La mujer que le atendió les tranquilizó les dijo que no se preocuparan que ella estaba allí para salvar al mundo.

DR. BARNEKOW

miércoles, 12 de septiembre de 2012

SALVAR AL MUNDO

De repente se dejó caer, ya no aguantó más la presión que estaban ejerciendo sobre ella. Pero tuvo tiempo de levantar la vista y transformar su gesto de rendición en un reto a quienes querían acabar con su vida.

De pequeña soñaba con salvar al mundo, incluso construyó su propia civilización en el cuarto que compartía con su hermano pequeño para, de vez en cuando, disfrazarse de "Supermana" y acabar con el caos reinante. Era un juego inventado por su madre y que funcionaba a la perfección para que ambos dejaran la habitación recogida antes de que se les fuera de las manos. Así que podemos decir que fue su madre la que fabricó su sueño de heroína y le quitó el miedo al mundo desde muy pequeña.

Ya con unos años más y los pies más cerca de la tierra, se inclinó por estudiar medicina, era su forma de salvar al mundo poquito a poco. Pero llegaron muchas injusticias que le hicieron reflexionar sobre su trabajo y la obligación de salvar vidas a cualquier precio. Valoró si debía o no salvar al suicida que condujo 25 kilómetros drogado por la nacional III y se había cargado a una familia entera, pensó si debía salvarle la vida a un joven de 19 años que tras un accidente de tráfico quedó tetrapléjico y con graves daños cerebrales... ¿estaba salvando al mundo o simplemente ayudaba a la vida en su lucha con la muerte? y en el segundo caso ¿era la muerte la mala y la vida la buena?

A sus 32 años decidió dar rienda suelta a su imaginación y tras atender a las víctimas de un accidente de autobús y valorar caso por caso quien debía salvarse y quien no, en la soledad de su hogar de madrugada empezó a coserse un traje de "Superwoman" (sabiendo un poco de inglés las traducciones son más fáciles). Al día siguiente no fue a trabajar ya que había pasado la noche en vela y esa noche, con su traje de superheroína, salió a salvar al mundo, aunque no supo bien por donde empezar.



Después de una semana sin acudir a su trabajo y sin justificarlo, en el hospital decidieron enviarle a su casa la carta de despido. Sus compañeros insistieron en llamarla por teléfono y fueron a visitarla, pero ella, dormida y esquiva por el día, no quiso atender a nadie, debía salvaguardar su nueva identidad.

Una medianoche cualquiera mientras salía de su casa enfundada en su traje de colores para patrullar por uno de los barrios más tranquilos del mundo, tres señores con trajes reflectantes la abordaron, le pusieron un pinchazo y la metieron en su vehículo. Parecía que por fin daban la cara los que querían que el mundo fuese un lugar peor, los que no querían que nadie salvara a nadie. La recluyeron en una habitación y la ataron a una cama mientras un señor vestido de médico la visitaba para hablarle de cosas que ella no lograba entender.

A los pocos días de estar prisionera recibió la visita de sus padres y su hermano, parece que también los tenían recluidos, ella les pidió perdón, tenía claro que era por su culpa. Su lucha contra el mal había hecho que los malos utilizaran a su familia en su contra, además les hacían decir cosas muy parecidas a las que decía el señor disfrazado de médico.

Urdió un plan para escapar y un día lo puso en marcha. Ya no la ataban cuando le traían la comida ni cuando alguien la visitaba, dejó de resistirse y eso hizo que se ganara la confianza de quienes la tenían cautiva. Así que una tarde de verano mientras la trasladaban de su habitación a la consulta del médico, a quien ya tenía identificado como el jefe de los malos, agarró una rama que llevaba viendo tiempo escondida entre unos setos y golpeó en la cabeza al hombre vestido de blanco que la acompañaba. Corrió hacia el edificio principal, donde había localizado la salida del recinto, y una vez allí se calmó e intentó andar con tranquilidad sin llamar la atención.

Pero parecía que los malos tenían claro quien era ella y dos tipos enormes empezaron a correr en su dirección lo que la hizo retroceder y comenzar a subir las escaleras que advirtió como su única escapatoria. Llegó al último escalón y empujó una puerta de emergencia que la llevó hasta la azotea del edificio de tres plantas. Continuó corriendo hasta llegar a la cornisa y pudo ver la calle llena de vida que tantas veces había soñado alcanzar en los últimos meses.

Tenía que improvisar ya que los dos tipos enormes, el jefe y el hombre al que había golpeado en la cabeza estaban ante ella intentando atraparla. No podía dejarse atrapar, además necesitaba alcanzar su ansiada libertad. Recordó que nunca tuvo superpoderes pero que tampoco se había visto en la situación de comprobarlo, se convencía cada vez más de que si tenían tanto interés en retenerla es porque ella era especial, eso la hizo autoconvencerse de que, aun en el caso de que no pudiera volar, su fuerza de heroína le haría levantarse y poder escapar sin problemas.

Cada vez estaban más cerca y aun estando segura de que no podía pasarle nada le costaba lanzarse al vacío sin más, porque nunca lo había hecho y eso la sujetaba a la cornisa y la paralizaba. Pero se le acababa el tiempo, era ahora o nunca.

De repente se dejó caer, ya no aguantó más la presión que estaban ejerciendo sobre ella. Pero tuvo tiempo de levantar la vista y transformar su gesto de rendición en un reto a quienes querían acabar con su vida.

Minutos más tarde se encontraba en la cama de un hospital ante un médico de vocación que debía decidir si salvar la vida a una persona diagnosticada de esquizofrenia y que a causa de una fuerte caída iba a pasar la vida tumbada en una cama y enchufada a una máquina que la ayudaría a respirar...

DR. BARNEKOW

viernes, 7 de septiembre de 2012

HISTORIA DE DOS PATATAS


Él era una patata sosa, ella una patata "majestic". La primera vez que se encontraron ya se conocían sin saberlo, la segunda vez no pudieron disimular y acabaron envueltos en una historia de amor de película patatera.

Pero como todas las historias de amor, al menos las más bellas, (Ismael Serrano "Tierna y dulce historia de amor") está también terminó en tragedia. Él, patata cocida, no confió en su patata "deluxe" y ella se intentó separar. Sin embargo no fue fácil, cuando se miraban se podía oler el calor a patatas asadas, la pasión los desbordaba y aunque sabían que estaba acabado no podían evitar unir sus cuerpos cual puré de patatas a la hora de cenar.

Todo terminó cuando ella, patata "bussines" tuvo que emigrar, parecía el fin y ambos lo asumieron.

Unos meses más tarde el destino quiso unir sus caminos y pocas miradas bastaron para que la tortilla estuviese en su punto y ella, patata frita del burguer, se volvió a ilusionar como el primer día, pero el esfuerzo que él había hecho por olvidar, patata congelada, no dejó que aquello volviese a funcionar.

Evocados al fracaso regresaron a sus vidas separadas, hasta que de nuevo se encontraron y se dieron cuenta de que sólo son verdaderas patatas cuando están juntos.

"Renunciar a tu humanidad para ser una simple patata sólo está al alcance de unos pocos."

TWO POTATOES´ STORY


He was not more than a flat potatoe, and she was a "magestic" one. The first time when they first met they knew each other already without knowing it, the second time they couldn´t hide that so they became the principal actors from that potatoe film.

But as all the love histories, at least the good ones, this one became a tragedy as well. He, a cocked potatoe, did not trust his "deluxe" potatoe and she wanted to fly away. But it was not so simple as it could look like, because when they were looking to each other, one could even smell the baked potatoes aroma. Their passion was bigger than them and despite the fact that they were knowing that it was a dead end, they could not avoid to link their bodibe as more as smash potatoes for dinner.

But all of this ended when she, a "business" potatoe, had to hit the road and leave, it seemed the end and both of them assumed that. 

A couple of months later, the Fate wanted to merge their roads again and after a couples of sights were enough to prepare the tortilla. She was now a french fried, and was exited like the first day, but the another one, now a frozen one, after all the time that we was straining himself in aim to forget it, did not let that happen.

Headed to fail, they came back to their lives till a point that they realized that only when they are not more than normal potatoes when they are with each other.

"Not many people can afford to resign to their humanity in aim to be a normal potatoe"


DR. BARNEKOW
PASSANI (TRANSLATION)

jueves, 30 de agosto de 2012

EL REY DEL MAMBO


Admitámoslo, nos va la marcha. Nos gustan las autofelaciones. Hemos crecido en la cultura del rey del mambo, en el "ser la polla" y tener un harén que nos sirva. Pero bien, ¿qué pasa si esto se cumple?


Desde que empezamos esta carrera hemos estado impulsados por la idea del éxito, dejando atrás y sacrificando ideales, personas y cosas en pos de nuestro propio éxito; pero cuando llega nos damos cuenta de que no estamos preparados para digerirlo. Hemos viajado con la mente puesta sólo en el destino, sin disfrutar del viaje.


Un escalador quiere subir al Himalaya, al K2 o al cerro de la esquina, da igual, es el espíritu de superación, de querer ir más allá, pero cuando sube al pico más alto y dice "lo conseguí" y empieza a bajar, por dentro, muy dentro se siente vacío, siente que lo has conseguido, está en paz consigo mismo pero le falta algo, no hay un mañana.

Les pondré mi ejemplo. Desde que empecé mi carrera de Química en la Universidad de Navarra me dije a mi mismo: "Acabaré esta carrera por mis bemoles, haré mi último año en el extranjero y me doctoraré con Summa Cum Laude en uno de los mejores laboratorios del mundo. Me lloverán ofertas a go-go y me prepararé para ser profesor de universidad." Pues bien amigos, la semana pasada me ofrecieron, 7 meses antes de acabar mi doctorado, ser el profesor adjunto en la universidad alemana donde estoy haciendo mi doctorado y mi jefe me comentó que tengo asegurado el Magna Cum Laude, con poco más obtendré el Summa; hasta la fecha ya me han hecho varias ofertas de doctorado en distintos puntos de Europa... Pero la sensación que me queda es de vacío, he de decirlo.

¿Ya está? 13 años de mi vida esforzándome, renunciando a prácticamente todo lo que no sea éxito y luchando por una oportunidad que llega en una reunión normal de un día cualquiera... ¿y ahora no tengo la ilusión de aceptarla? ¿Qué cojones me pasa?

Volvamos al principio, porque hay una cosa que nos falta en la base. No se ustedes, pero yo no quiero llegar a casa después de ser el rey del mambo y que el éxito te rebose en los bolsillos pero que sólo me espere mi gato. No concibo un éxito si no tienes a nadie con quien compartirlo. Y si lo tienes, ¿no es esa persona también la clave de tu éxito? ¿No es esa persona en quien vas a depositar tus miedos, ambiciones e ideas, buena parte de lo que tienes o lo que eres? Para mi es uno de los mayores logros de tu Curriculum Vitae y se debería, incluso, poner en las ofertas de trabajo.

Los efectos colaterales del éxito son por todos conocidos: cohorte de personas que te dicen lo bueno que eres, lo bien que vistes o lo bueno que estás. Pero cansa, echas de menos a alguien que te diga que eres un gilipollas, que roncas por las noches o que tienes que trabajar menos porque te va a hacer mal; una opinión sincera y totalmente subjetiva, pero que agradeces de vez en cuando en lugar de cien halagos llenos de éxito.

Prefiero tener una reina del mambo, aunque no llegue a princesa, a estar solo en el trono.


PASSANI


jueves, 2 de agosto de 2012

ES LO QUE HAY

"Es lo que hay", dijo mientras miraba al suelo negando con la cabeza. Luego se metió las manos en los bolsillos, se deslizó el dedo índice de la mano derecha por la nariz y desapareció tras la cortina de macarrones blancos y negros.
Una gotita de sudor recorría mi espalda mientras compraba en el "SUPERTODO", supermercado playero donde solían vender desde pan hasta DVDs de alto contenido erótico. 
Me gustaba escuchar las conversaciones vacías de la gente con los dueños de la tienda, debería haber anotado sus frases y escribir un libro. En ocasiones solamente iba para dar un paseo y de paso prestar atención a esas palabras, llegué a contar de cabeza cuantos segundos podía durar una conversación sobre el tiempo o sobre el paro, pero no recuerdo el record.
Me sentía superior, sentía que esa gente no pensaba como yo, pobres mentes frágiles que no elaboran lo que van a decir... ahora lo entiendo. Pobre de mí que en lugar de cruzar dos palabras vacías y una sonrisa gratuita me refugiaba en mi barbilla pegada al pecho y mi mirada esquiva. 
Si pudiese volver de nuevo 10 años atrás me pasaría las vacaciones diciendo "Es lo que hay"


DR. BARNEKOW

viernes, 27 de julio de 2012

AL OTRO LADO DE TU MIRADA


No me puedo creer que lleve ya treinta minutos mirándote, y eso que llevas sentada a tres metros de mi desde que entré en la cafetería, mirando al mismo punto, y yo mirándote a tí. 

El café se me ha enfriado y tu sigues mirando a través del ventanal, tu café por lo que veo no, porque sigues soplando como si tu lengua estuviese en juego. No sé nada de tí, pero me han bastado treinta minutos para darme cuenta de los pequeños detalles que harán que pueda difícilmente olvidarte, maldigo al taquillero que te dio entrada en mis sueños.

Me tengo que ir, no tengo el tiempo que tu aparentas tener, pero bien cambiaría la mitad de lo que me queda del día por la mitad del tiempo que he pasado contigo, si puede llamarse así... pasarlo contigo. Me voy sin saber quien eres, como te llamas ni cuántos azucares te echaste en el cafe, pero solo sé que tu nunca sabrás que una día hubo un chico, al otro lado del café, que fué capaz, durante tan sólo media hora, de ser marinero de estrellas por ti, de navegar a islas que sólo tu conoces y de encontrar el tesoro que guardas al otro lado de tu mirada.


PASSANI

martes, 17 de julio de 2012

SOSLAYO


Buenos días;

Sumido en la levedad del momento que me atañe, he decidido circunscribir los deseos del que antaño fue mi mecenas. Así pues relataré mis haberes nombrando de soslayo el sentimiento de culpa por no haber atendido por completo las vicisitudes intrínsecas de mi propia persona.

En primer lugar hube de respetar la aletargada edad del amor, hube de esperar y no lo hice, me impacienté y provoqué el comienzo de una serie de catastróficas desdichas dignas del propio Lemony Snicket. Esto marcó todo, retardó la entrega en destino e hizo surco en la manera de afrontar la vida.

En segundo lugar hube de entender a tiempo (y aun no lo entiendo) cuál es el sentido primordial del emparejamiento monógamo, ¿por qué no elegir lo fácil, lo sencillo, lo útil, lo que puedes soportar toda la vida… lo que ya se tuvo?

¿Por qué el ser humano subyace su tiempo vital soportando y no amando, acostumbrado y no querido, sumido en la corriente de quien comparte su vida y no remando juntos?

Es por ello que llamo a la lucha por no vivir aletargados, no hay por qué empeñarse, encabezonarse, involucrarse en futuros efímeros. Que una opción transitoria de mejora en pareja no llegue a los fines socialmente establecidos no puede convertirse en un continuo drama que destroce nuestra existencia.

En tercer y último lugar disfrutemos y hagamos disfrutar a quien se encuentre cerca…

Cierro con un final abrupto para dar lugar a la reflexión.

DR. BARNEKOW

jueves, 17 de mayo de 2012

MÍRAME

Fue mi profesor de psicoterapia. Él siempre nos dijo que lo importante en la relación con el otro era quedar atrapados en el “instante de la mirada”. Ese momento en el que dos personas quedan enganchadas por décimas de segundo estableciéndose entre ambos un flujo de comunicación que va de entraña a entraña y que parece que a partir de ese momento será eterno.

Me han bastado 27 años con sus días y noches para darme cuenta de que son necesarias exactamente esas mismas décimas para que la eternidad se convierta en instante, en un simple reflejo de inconsciente a inconsciente que no dura más que la fugacidad de una mirada. Conseguir atrapar un “instante” en el otro no es fácil pero cuando sucede el mundo se detiene y cobra sentido. Y entonces parece que yo adquiero el derecho y el deber de estar atado o unido al otro para siempre. Y si esa persona desaparece son el dolor y la ausencia los que parecen eternos, y no se mitigan con otras personas con las que no se establezca ese flujo, esa conexión mágica y aparentemente irrompible.

Fue mi profesor de psicoterapia y aquella persona que me hizo bajar de su coche después de un viaje a la playa, o aquella que no respetó mis tiempos, o la que desapareció sin más, sin saber cómo ni por qué, las que me han enseñado que en aquellas miradas atrapadas se encontraba la verdadera felicidad que forma parte de la eternidad de tus recuerdos. Tómatelo así, abre bien los ojos y no dejes escapar ninguna mirada que se te cruce por ahí, da igual lo que suceda después, pase lo que pase, estén dónde estén,esas miradas compartidas nunca dejarán de ser instantes eternos.


LITTLE

jueves, 10 de mayo de 2012

44 MINUTOS

Suena el inconfundible sonido que avisa del cierre de puertas, elijo uno de los pocos sitios que quedan libres y me siento junto a una señora cargada de bolsas del supermercado. Mucha gente se queda de pie y en el centro del vagón un hombre de unos cuarenta años le cede su sitio a una mujer mayor que viaja junto a su esposo, por contagio la chica de su lado le cede el sitio al marido de la mujer.

La chica es morena, de altura media, con el pelo largo y rizado, los ojos marrones y la dentadura perfecta... sí, me he fijado en ella.

Tras la segunda parada el sonido inconfundible que avisa del cierre de puertas, de nuevo, coloca a todo el mundo en sus asientos, después de que se bajará la gente que vive en el extrarradio de la gran ciudad. 

Ahora sólo quedamos los de las "ciudades dormitorio" y ella sigue allí, sentada de lado, de espaldas a la ventana. Como estoy sentado frente a ella no puedo evitar mirarla y fijarme en su nariz redonda, en su barbilla ligeramente puntiaguda...

Ya estamos a mitad de camino, el vagón está cada vez más vacío y ella sigue allí. En secreto deseo que llegue a la última parada y en mi cabeza me imagino como sería saludarla. Me pregunto si ella se habrá fijado en mí...

Antes de la siguiente parada la llaman al móvil, escucho su voz sin pararme a pensar en lo que está diciendo y me fijo como se mueve su boca. Incluso me siento mal por pensar tanto en ella.

El sonido inconfundible que avisa del cierre de puertas hace que la busque en el andén y veo como el tren la rebasa sin contemplación. La miro pero ella a mí no.

El programa de radio que llevo oyendo desde que arrancó el tren deja de oírse como todos los días a la misma hora y en el mismo lugar, incluso pierdo la cobertura del teléfono. Me imagino una tragedia en ese lugar, a todo el mundo intentando llamar sin resultado y la desesperación que nos envolvería.

Penúltima parada y el vagón queda casi vacío, me centro en mirar el atardecer rojo de otoño en la semana del año que el cielo nos enseña como recorta los días sin contemplación.

El sonido inconfundible que avisa de la apertura de puertas hace que el tren se quede vacío en un instante y todos nos encaminemos a disfrutar de nuestro tiempo libre... Y yo me olvidé de ella, de la señora con las bolsas, del hombre que dejó su sitio amablemente, de todo lo que pasó en esos 44 minutos y nunca más lo volví a recordar...

...hasta ahora.

DOCTOR BARNEKOW

sábado, 28 de abril de 2012

El abril que nos restó

Este ha sido un abril más en un mundo de restas.

Un abril paquidérmico, lleno de controversias convertidas en rutina. Un mes de lluvias que restaron tiempo a la sequía, de pérdidas colectivas que difícilmente recuperaremos. Un mes sinuoso marcado por el sentir de un ser todopoderoso (que no un perdón), un "no volverá a ocurrir" qué solamente puede convencer a un necio, aplaudido por los que nunca piden perdón, ni sienten, ni padecen lo que provocan en su estimada mayoría.

El mes del tiro en el pie, de la cacería, de gastar más en ir de un lugar a otro, de gastar más en curarnos para no estar de baja, de gastar más y más, ganando menos y menos. El mes del balón por las nubes y los pies en el suelo.

En fin, un mes de menos por menos, que es más, saquemos al menos la parte positiva.

lunes, 23 de abril de 2012

MI LADO DE LA CAMA


Los copos de nieve y esa canción, todo se repetía. Tu y yo, tu espalda y la luz mortecina de la habitación. No se oía nada en la calle que pudiera molestarnos, que perturbara nuestra conversación o que me quitara la ilusión. Ahí estábamos los dos sin saber que decir, aunque sinceramente no necesitábamos decir nada, se hablaba el idioma del silencio, de las miradas y de las caricias.

Me venían a la mente los recuerdos de vidas pasadas, de camas ajenas y de invitaciones a desayunos no deseados. Pero sonreía con la esperanza de que el silencio con el que aquella mañana nos despertamos fuera el primero de muchos más. Tenía la ilusión de que cada mañana recibiera mi regalo como un niño que esperaba la recompensa al diente de debajo de la almohada.

"Hoy eres tú mi mañana y ayer fuiste mi noche, quédate un poco más. Seguro que no tienes que ir a trabajar tan pronto, nadie te espera hoy, ¿no?", dijo.

Efectivamente fui su noche y su mañana. Pero nunca lo fui más. Después de esa noche y esa mañana, el silencio que antes me despertó, ahora amanecía conmigo al cambiar su lugar por el tuyo en mi lado de la cama.

PASSANI