viernes, 27 de julio de 2012

AL OTRO LADO DE TU MIRADA


No me puedo creer que lleve ya treinta minutos mirándote, y eso que llevas sentada a tres metros de mi desde que entré en la cafetería, mirando al mismo punto, y yo mirándote a tí. 

El café se me ha enfriado y tu sigues mirando a través del ventanal, tu café por lo que veo no, porque sigues soplando como si tu lengua estuviese en juego. No sé nada de tí, pero me han bastado treinta minutos para darme cuenta de los pequeños detalles que harán que pueda difícilmente olvidarte, maldigo al taquillero que te dio entrada en mis sueños.

Me tengo que ir, no tengo el tiempo que tu aparentas tener, pero bien cambiaría la mitad de lo que me queda del día por la mitad del tiempo que he pasado contigo, si puede llamarse así... pasarlo contigo. Me voy sin saber quien eres, como te llamas ni cuántos azucares te echaste en el cafe, pero solo sé que tu nunca sabrás que una día hubo un chico, al otro lado del café, que fué capaz, durante tan sólo media hora, de ser marinero de estrellas por ti, de navegar a islas que sólo tu conoces y de encontrar el tesoro que guardas al otro lado de tu mirada.


PASSANI

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