jueves, 30 de agosto de 2012

EL REY DEL MAMBO


Admitámoslo, nos va la marcha. Nos gustan las autofelaciones. Hemos crecido en la cultura del rey del mambo, en el "ser la polla" y tener un harén que nos sirva. Pero bien, ¿qué pasa si esto se cumple?


Desde que empezamos esta carrera hemos estado impulsados por la idea del éxito, dejando atrás y sacrificando ideales, personas y cosas en pos de nuestro propio éxito; pero cuando llega nos damos cuenta de que no estamos preparados para digerirlo. Hemos viajado con la mente puesta sólo en el destino, sin disfrutar del viaje.


Un escalador quiere subir al Himalaya, al K2 o al cerro de la esquina, da igual, es el espíritu de superación, de querer ir más allá, pero cuando sube al pico más alto y dice "lo conseguí" y empieza a bajar, por dentro, muy dentro se siente vacío, siente que lo has conseguido, está en paz consigo mismo pero le falta algo, no hay un mañana.

Les pondré mi ejemplo. Desde que empecé mi carrera de Química en la Universidad de Navarra me dije a mi mismo: "Acabaré esta carrera por mis bemoles, haré mi último año en el extranjero y me doctoraré con Summa Cum Laude en uno de los mejores laboratorios del mundo. Me lloverán ofertas a go-go y me prepararé para ser profesor de universidad." Pues bien amigos, la semana pasada me ofrecieron, 7 meses antes de acabar mi doctorado, ser el profesor adjunto en la universidad alemana donde estoy haciendo mi doctorado y mi jefe me comentó que tengo asegurado el Magna Cum Laude, con poco más obtendré el Summa; hasta la fecha ya me han hecho varias ofertas de doctorado en distintos puntos de Europa... Pero la sensación que me queda es de vacío, he de decirlo.

¿Ya está? 13 años de mi vida esforzándome, renunciando a prácticamente todo lo que no sea éxito y luchando por una oportunidad que llega en una reunión normal de un día cualquiera... ¿y ahora no tengo la ilusión de aceptarla? ¿Qué cojones me pasa?

Volvamos al principio, porque hay una cosa que nos falta en la base. No se ustedes, pero yo no quiero llegar a casa después de ser el rey del mambo y que el éxito te rebose en los bolsillos pero que sólo me espere mi gato. No concibo un éxito si no tienes a nadie con quien compartirlo. Y si lo tienes, ¿no es esa persona también la clave de tu éxito? ¿No es esa persona en quien vas a depositar tus miedos, ambiciones e ideas, buena parte de lo que tienes o lo que eres? Para mi es uno de los mayores logros de tu Curriculum Vitae y se debería, incluso, poner en las ofertas de trabajo.

Los efectos colaterales del éxito son por todos conocidos: cohorte de personas que te dicen lo bueno que eres, lo bien que vistes o lo bueno que estás. Pero cansa, echas de menos a alguien que te diga que eres un gilipollas, que roncas por las noches o que tienes que trabajar menos porque te va a hacer mal; una opinión sincera y totalmente subjetiva, pero que agradeces de vez en cuando en lugar de cien halagos llenos de éxito.

Prefiero tener una reina del mambo, aunque no llegue a princesa, a estar solo en el trono.


PASSANI


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