lunes, 25 de junio de 2007

LA ASOMBROSA VIDA DEL HOMBRE CISTERNA

"El hombre cisterna begins"

El era la única persona en el mundo que simplemente con tocarse en una parte de su cuerpo (de momento secreta para el resto del mundo) podía olvidarse de cualquier problema y enviarlo tan lejos que era imposible que volviera a él, ni aunque el espacio y el tiempo se volviesen eternos, Monfi era el "hombre cisterna".

Cuando sólo era un adolescente, Monfi estaba harto de tragarse todo, de pasarse el día deprimido, de no poder dormir por darle vueltas a la cabeza con cualquier problema absurdo. Así que un día mientras miraba como el retrete se llevaba un truño enorme que hacía sólo dos minutos estaba dentro de su cuerpo, tuvo una idea.
Monfi desarmó la cisterna y empezó a mirar con detenimiento cada punto del mecanismo que obligaba a lo que hubiera dentro del retrete a irse para siempre. Llevaba ya dos horas en el asunto, tomando notas y resolviendo complicadas ecuaciones, cuando su madre, preocupada, empezó a llamar a la puerta:
- Monfi - dijo su madre con preocupación - hijo, ¿estás bien?
- Sí, mamá - respondió Monfi apurado.
- Déjalo, son cosas de adolescentes - dijo el padre de Monfi mientras esbozaba una sonrisa.

Pero Monfi se puso nervioso, llevaba muchas horas de investigación y no había conseguido nada. Así que miró hacia un lado y vio todo el montón de objetos colocados cuidadosamente sobre el lavabo y pensó en colocar todo en su sitio, pero el destino le tenía guardada una sorpresa.

Cuando agarró la primera pieza, el desequilibrio se hizo con el resto y las lanzó contra su cuerpo desprotegido, las piezas de marmol le dejaron aprisionado entre el bidé y el retrete, y mientras intentaba levantarse tocó un enchufe con la mano, con tan mala suerte que su otra mano estaba tocando el agua que había en el urinario. Una descarga recorrió su cuerpo mientras la luz parpadeaba, en ese momento Monfi pensó que iba a morir, pero nada más lejos de la realidad, cuando despertó todo estaba en orden y el tenía un animo que no había sentido desde que era niño y los demás se preocupaban por él.

Monfi, por su propia naturaleza, no paraba de darle vueltas a lo que había pasado, así fue cuando mientras se rascaba la cabeza encontró un extraño bulto, lo apretó para ver si le dolía y nunca más volvió a preocuparse por como había pasado lo que pasó.
TO BE CONTINUED...

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